Contents
En una Argentina sedienta de gestos que convoquen a la unidad y a la esperanza, la presentación de la ONG “Interpersonal: Compromiso Ciudadano” en Cabildo se erigió como un faro. Con la presencia inspiradora de Bárbara Dichiara, leona de corazón, y Alejandro Delorte, el gigante de área que nunca olvidó sus raíces, la noche fue un manifiesto vivo sobre cómo los valores del deporte pueden fecundar el terreno del compromiso cívico y la reconstrucción del tejido social.
El aire en la esquina de Las Heras y Chiclana, sede de “Interpersonal: Compromiso Ciudadano”, vibraba con una mezcla de expectativa y genuina calidez humana. Se producía un encuentro, una charla entre amigos, con la comunidad como testigo y protagonista. En una tarde de domingo que prometía ser una más, Cabildo se vistió de gala para acoger un evento que trascendió lo protocolar, convirtiéndose en una sentida reflexión sobre la resiliencia, el sacrificio y la fuerza transformadora del encuentro.
“Primero que nada, buenas tardes a todos. Eh, muchas gracias por venir. Estoy muy contenta de estar acá. Eh, no conocía Cabildo, así que gracias César, gracias Sole también que anda por ahí”, fueron las palabras iniciales de Bárbara Dichiara, su voz cargada de una humildad que contrastaba con la magnitud de su figura deportiva. Recibida con el cariño de las jóvenes jugadoras locales: “Las nenas que ya me recibieron muy bien, eh, con muchos regalitos”, la leona no tardó en conectar con un auditorio ávido de escuchar su historia de superación.
A su lado, Alejandro Delorte, el hijo pródigo de Cabildo, figura imponente y de hablar pausado, emanaba esa tranquilidad de quien ha recorrido mil batallas pero mantiene intacta la conexión con su tierra.
La ONG: Un sueño pandémico convertido en compromiso
Afortunadamente, el evento también contó con la presencia de la mayoría de las instituciones locales, subrayando uno de los anhelos fundacionales de la ONG: “que las instituciones de Cabildo se unan para este tipo de proyecto y que estemos lo más juntos posibles”.
La génesis de “Interpersonal: Compromiso Ciudadano” es una historia en sí misma de adaptación y visión. Nacida como idea durante los inciertos días de la pandemia, lo que inicialmente se perfilaba como un “hostel cultural” maduró hasta convertirse en esta organización civil con una profunda vocación educativa, cultural y comunitaria. Su misión es clara: ser una plataforma para la formación ciudadana, el fomento del compromiso democrático, la difusión de la cultura y la promoción de la inclusión en Argentina.
Dichiara y Delorte: Entre cicatrices y laureles
La charla se adentró en las trayectorias de Dichiara y Delorte, no como un mero recuento de logros, sino como una exploración de los valores forjados en el crisol del esfuerzo.
Bárbara Dichiara Gentili: La fortaleza de volver a empezar
“Me estoy recuperando de una lesión de ligamento cruzado… Es mi tercera operación de rodilla”, confesó Bárbara Dichiara, humanizando a la deportista de élite y revelando la tenacidad que se esconde detrás de cada competencia. Su relato de los inicios en Monte Hermoso, en un “tinglado bastante amplio (…), y cuando había lluvia nos mojábamos mucho, era medio precario en ese momento”, y una cancha de tierra que había que alisar “con un cuatriciclo” y “juntar piedritas, pintó un cuadro vívido del sacrificio inherente al sueño de llegar.
Para las jóvenes deportistas presentes, su mensaje fue directo: la “mística del hockey” de Monte Hermoso no es magia, sino “mucho entrenamiento, mucho sacrificio, muchas cosas que dejamos de lado”. Desde los cumpleaños de 15 hasta las salidas, la disciplina es el cimiento. Habló de la dificultad de estar lejos de la familia, de estar “un domingo, en un asado en mi casa, disfrutar de mis sobrinas, que hoy lo puedo hacer” que el alto rendimiento a menudo posterga.
Asimismo, la jugadora de la Selección femenina de Hockey sobre césped compartió una anécdota imborrable: entrenar por primera vez junto a Luciana Aymar, sintiendo
“ese miedo, esos nervios de que me transpire en las manos por estar al lado de la mejor jugadora del mundo”.
La leona también reflexionó sobre su rol actual como entrenadora de la sexta división de su club, enfrentándose a los desafíos de una “edad bastante complicada” y la omnipresencia de las distracciones como las redes sociales.
“Hoy está tan abierta la posibilidad de hacer un montón de otras cosas que entonces es como que no se lo toman tan o tan comprometidos”, observó Dichiara, contrastando con la dedicación casi monacal de su propia formación.
Alejandro Dario Delorte: El gigante de Cabildo
Delorte, con la tranquilidad de quien conoce el valor de cada paso, rememoró sus inicios, una época donde “no había colectivos” y él, saliendo de la escuela, se iba “a hacer dedo y viajaba todos los días a dedo a jugar al basket estudiantes”.
La decisión de virar hacia el fútbol, las pruebas en Olimpo, el trago amargo de un técnico que “no te quiere” a los 18 años, la rebeldía juvenil, el breve interludio empresarial “de la noche”, y la segunda oportunidad con el fútbol a los 21 años, cuando decidió “no dejar pasar el tren de vuelta. Me subí ahí, no lo solté más”.
Su trayectoria es un canto a la perseverancia, a ese “doble mérito” de quien no tuvo las inferiores en un club grande de Buenos Aires, sino que forjó su camino desde el interior profundo, llevando incluso “cosas del basket también para llevarla al fútbol”.
Para el goleador histórico de Olimpo:
“Lo importante es practicar deporte, sea lo que sea”,
Un mensaje que resuena con fuerza en tiempos de sedentarismo y apatía.
El exfutbolista compartió su visión sobre la importancia de la familia en la carrera deportiva, alertando sobre la presión desmedida de algunos padres que “creen que tienen un boleto más en el fútbol” y la necesidad de “acompañarlos, no meterle presión”. Recordó una charla de Julio Velasco:
“Antes a vos te retaba la maestra y llevabas a tu casa y te retaba tu papá. Ahora la maestra te reta, llega a la casa y va la mamá con el nene a pelearse con la maestra”
Una reflexión crítica sobre la sobreprotección que puede minar la capacidad de los jóvenes para enfrentar la realidad.
Delorte destacó a Mauro Laspada como su mentor, quien le enseñó a “ser profesional”, la disciplina de los entrenamientos donde “se entrena como se juega”, y la importancia de dar el ejemplo. Y cómo no, el valor del “asado” como espacio de cohesión grupal:
“El asado une. El asado te ayuda a conocer a las otras personas y que ellos te conozcan también a vos; y saber que ahí, se pueden resolver muchas cosas en grupo”.
Temas que interpelan
La charla fluyó hacia temas cruciales, impulsada por las preguntas del público, demostrando el interés genuino de la comunidad.
- Resiliencia y Frustración: Ambos atletas compartieron sus batallas contra las lesiones y la adversidad. Bárbara, con sus tres operaciones de rodilla, admitió que “en el alto rendimiento muy poco es lo que se disfruta… la he pasado muchas veces muy mal y muy pocas veces muy bien”, pero subrayó que “el deporte te da otra oportunidad”. Alejandro señaló la importancia de “masticar bronca y seguir dándole para adelante porque es un sueño”. Discutieron cómo la generación actual se frustra “muy rápido”, y la necesidad de cultivar la perseverancia.
- El rol de la familia y los entrenadores: La importancia del acompañamiento familiar fue un leitmotiv. “Yo sin mi familia no creo que no hubiese sido nada”, sentenció Bárbara. Alejandro insistió en que los padres deben “acompañar, no decir qué es lo que tienen que hacer”, y que el chico “tiene que disfrutar”.
- Formación y futuro: Se abordó la crucial importancia de no abandonar los estudios, ya que “la mayoría no llega” al profesionalismo. Alejandro denunció cómo algunos representantes ven al jugador como “una mercancía”, y la necesidad de una buena guía. Bárbara contrastó la realidad del hockey, “súper amateur”, donde “no podés vivir del hockey, básicamente”, con las posibilidades económicas del fútbol.
- Desarraigo y adaptación: El dolor del desarraigo para los deportistas del interior fue palpable en el relato de Bárbara: “Me costó mucho. Eh, mucho estrés, mucha ayuda psicológica también… se me han caído las pestañas”. Alejandro confesó extrañar “a los amigos el asado, las charlas (…)”cuando estaba lejos.
- Inclusión en el deporte: Una pregunta del público sobre Mayra, una joven con discapacidad motriz, abrió un espacio sensible y necesario. Alejandro reconoció que “acá estamos en en deuda… es algo pendiente y estaría bueno también charlarlo por ahí con gente especializada que se acerque a los clubes”. Bárbara compartió la experiencia de Monte Hermoso, donde una amiga con síndrome de Down “juega al hockey conmigo… es una más de de nosotras, es como algo normal para la comunidad y para el club”. Un testimonio poderoso sobre la naturalización de la inclusión.
Un cierre que es apertura: La invitación a construir juntos
El evento culminó con palabras de agradecimiento y un renovado llamado al compromiso por parte de los anfitriones y los invitados. “La verdad que esto está muy bueno para que nos podamos conocer también entre todos”, expresó Bárbara. Alejandro felicitó al equipo por la iniciativa, calificándola como “importantísimo para el pueblo”.
La inauguración de “Interpersonal: Compromiso Ciudadano” no fue solo la presentación de una ONG; fue la materialización de una esperanza, la siembra de una semilla. En un contexto argentino a menudo marcado por la fragmentación social y la apatía cívica, iniciativas como esta, que apelan a los valores universales del esfuerzo, la solidaridad y el encuentro, son más que necesarias: son vitales.
La presencia de figuras como Dichiara y Delorte, lejos de ser un mero adorno, funcionó como un potente catalizador, demostrando que el deporte, en su más noble expresión, es una escuela de ciudadanía.
Esta crónica, como el evento mismo, busca ser una invitación. Una invitación a no claudicar, a tender puentes, a reconstruir lo colectivo desde la base, con la convicción de que, como bien lo demostraron Bárbara y Alejandro en sus vidas y en sus palabras, el esfuerzo compartido y la mirada puesta en el otro son capaces de mover montañas y, sobre todo, de inspirar futuros. Interpersonal: Compromismo Ciudadano, ha encendido una llama. Que su luz se expanda.