Phil Connors, interpretado por Bill Murray, es un meteorólogo de la TV que se dirige a realizar una nota periodística a un pueblo donde el comportamiento de una marmota preanunciaría el tiempo faltante para que se termine el invierno. Se refiere a la película de género Fantástico, traducida como “Atrapado en el tiempo”, “Hechizo de Tiempo” o “El día de la marmota” en 1993 (disponible en YouTube).
Luego de realizar la nota, se dirige al hotel a dormir y se despierta a las 06:00 hs del mismo día que había vivido, repitiéndose todas las escenas, quedando atrapado en un ciclo temporal interminable donde cada día vive lo mismo.
El lenguaje popular comenzó a decir que “vivimos en el día de la marmota” cuando vivenciamos que todos los días son lo mismo. Algo de esto sucede en la actual Pandemia de Covid-19, donde por el aislamiento obligatorio y las restricciones de circulación social generan la sensación de vivir en un ciclo repetitivo en donde todos los días son iguales.
Muchas cosas se han dicho sobre “lo traumático” del aislamiento y las restricciones sociales, gran parte de ellas discutibles, ya que no obedecen a cuestiones epidemiológicas específicas y objetivables, sino a lecturas políticas que recortan apreciaciones de distintos profesionales en busca de argumentos en contra de las medidas sanitarias que son necesarias para preservar la vida.
Es cierto que hay una serie de manifestaciones a tener en cuenta, pero no es seguro afirmar que produzcan algún tipo de enfermedad mental, sino más bien que son manifestaciones que surgen por lo singular de este tiempo, siendo esperable que remitan cuando todo vuelva a la normalidad.
Dentro de las manifestaciones comunes nos encontramos con la alteración de la temporalidad, algo que no es novedoso y que sucede cada vez que un sujeto se encuentra anclado en un lugar durante un lapso de tiempo, por ejemplo, en una internación hospitalaria prolongada. Lo que es distinto en este caso es que por el aislamiento preventivo y las restricciones sociales esto le suceda a una porción tan importante de la población.
Este “día de la marmota” que vivimos se acompaña con alteraciones en el sueño, sensación de que todos los días son iguales, aburrimiento, la sensación de que el tiempo o pasa volando o no pasa nunca.
No hay que ser muy brillante para darse cuenta de que la alternancia entre el hogar, la actividad laboral o escolar y el uso del tiempo libre funcionan como organizadores de nuestra vida cotidiana, que aunque algunos les parezca que no es así, también es repetitivo, de allí que muchas veces en situaciones normales nos encontramos con situaciones de tedio y necesidad de algo nuevo que nos permita salir de la rutina.
Bill Murray, en la película a la cual hacemos referencia, pasa por distintos estados de ánimo que a su vez lo llevan a asumir distintas posiciones ante ese día interminable. Ubicamos cada uno de ellos y los utilizaremos para pensar algunas cuestiones para estos “días interminables”.
Enojo y aburrimiento: en un primer momento Phil se muestra ofuscado porque todos los días suceda lo mismo, con el agregado de que, al despertar nuevamente, para sus semejantes nada de lo vivido ocurrió, solo para él sucedieron las cosas. Si mata a la marmota o intenta suicidarse el reloj sonará nuevamente a las 0600 hrs para recomenzar el día.
Dentro de las cosas que inventa para intentar hacer diferencia, comienza a interiorizarse de la vida de los demás, de sus historias, de lo que hacen, incluso tiene algún amorío…total al otro día todo sería borrado de la memoria de sus semejantes. Su posición es la búsqueda del placer inmediato y lo llevará a un vacío por hastío.
Algo de esto sucedió en el primer tiempo de la pandemia, con la diferencia de que todo el mundo recuerda, entonces claramente había límites de lo que se podía hacer. Lo que comienza a ser vivido como una especie de “vacaciones en casa por unos días” donde andar en pantuflas, mirar series y levantarse en cualquier horario generando hasta cierta sensación de libertad, comenzó a volverse monótono, incluso siniestro, máxime cuando se toma conciencia de que todo lo que pensaban que iban a hacer cuando tuvieran tiempo, sigue sin hacer, incluso peor.
Tiempo para Crear: En un segundo momento Bill quiere seducir a Rita (Andie MacDowell) y aprovecha la repetición para ir adecuándose a sus gustos, como esto no ocurre se vuelca a la creación: aprende a tocar el piano, a realizar esculturas en hielo, idiomas, lee buenos libros y esto le provoca otro tipo de placer, a su vez comienza a ocuparse de los otros no ya en función de su egoísmo sino porque quiere establecer alguna diferencia ya no solo para él sino para el bienestar de los demás.
En el tiempo repetitivo de cada día, Bill encuentra la manera de “hacer tiempo” para las cosas que había postergado o para otras nuevas, lo que lo lleva a no correr detrás de Rita y a que ella pueda verlo de una manera distinta.
Pasado el primer tiempo de la pandemia, el desafío para todos es “hacer tiempo” de una forma creativa, retomar aquellas cosas que hemos postergado e incluir cosas nuevas, quizás volver a leer si es que hemos dejado de hacerlo o a utilizar “el tallercito del fondo” para reinventar cosas y también reinventarnos a nosotros mismo, porque cuando ponemos “manos a la obra” en la construcción de objetos artísticos y artesanales, ponemos “mano” sobre nosotros mismos.
Salir de la repetición aún en la pandemia.
Bill puede salir de la repetición cuando finalmente acepta lo que el destino le depara y decide valerse de todo aquello que fue viviendo de forma interminable, para que cada día sea vivido de manera tal que uno quisiera repetirlo una y otra vez. Luego de lo que fueron permanentes repeticiones Bill logra construir un día perfecto donde se encuentra a gusto con trabajar en función de sus deseos y de relacionarse de una buena manera con los semejantes.
A manera de conclusión:
Estos tres tiempos que extrajimos de la película nos muestran tres posiciones distintas ante la Pandemia:
- Están los que por enojo y aburrimiento eligen no respetar las normas en búsqueda del placer inmediato, con una posición egoísta que termina perjudicando al resto de los ciudadanos, sea por favorecer el crecimiento del número de contagios o porque en función de esto último, muchos que necesitan trabajar no puedan hacerlo al ver restringidas sus actividades. Ellos son los “Bill” enojados e indiferentes a lo que suceda con los demás.
- Están los que deciden indagar en sus propios deseos para poder “hacer tiempo” para aquellas cosas que con la rutina de la normalidad nunca podían realizar, incluso se animan a explorar nuevas. Son aquellos que logran preservar y aprovechar este tiempo para el enriquecimiento personal y familiar.
- Finalmente estarán aquellos que podrán salir de la pandemia con una posición ética acorde a su deseo y en una mejor relación con los semejantes, lo que nunca es sin consecuencias para su vida y la de su comunidad.