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Gisela Aschemacher una joven viajera argentina, que eligió hacer experiencias conociendo personas, lugares. Y en Pandemia el destino hizo que llegara al África, adonde trabajo de voluntaria de un orfanato. Aquí su historia positiva…
Me recibí de Técnica en hotelería en bahía blanca, empecé a viajar a fines de 2016, simplemente porque me daba curiosidad.
Quería descubrirme, quería sentirme incómoda en un sitio nuevo, y deseaba estar más en contacto con la naturaleza, con el mar que me apasiona y con todo lo que ella nos enseña. Tal vez buscaba aprender a vivir más simple. A ser independiente, resolviendo el día a día de la mejor manera y respirando azul clarito cerquita del mar…
Despertarme cada día con desafíos nuevos, en lugares diferentes y con ansias de descubrir y conocer lo que me rodea, entendiendo diferentes culturas y aprendiendo a vivir como local en cada sitio, pues creo yo que es lo que me incentiva a elegir este estilo de vida.
Tal vez su carrera, le dio las herramientas sobre la interacción con personas desconocidas de distintas partes del mundo y la calidez de estar a disposición del otro.
¿De que ciudad sos y por que decidiste ser voluntaria para estas acciones o experiencias?
Soy de Darregueira, la verdad es que y había hecho un voluntariado hace unos años en Sri Lanka pero totalmente diferente, fue relacionado al turismo.
Esta vez yo me encontraba en España trabajando y tramitando su vez la ciudadanía italiana en Italia. Al finalizar el trámite tuve un mes de vacaciones en mi trabajo y decidí viajar a África, siempre había soñado con ese continente Así que no dudé mucho a la hora de elegir destino. Uno de los motivos del viaje era hacer un voluntariado en un orfanato, allí comenzó mi viaje, en marzo del 2020, en Mombasa, una ciudad costera de Kenya.
¿Cómo fue tu experiencia de pasar la Pandemia en Africa, uno de los países mas aectados?
Quizás sea un poco relativo lo que pueda llegar a responder aquí, mi experiencia a pesar de todo fue increíble, pasé de ir un mes a Kenya a estar diez meses y elegir vivir allí.
Al principio supongo que me paso lo que a todos, solamente que el estar lejos de tu lugar lo hace un poquito distinto. Para mi fue una gran escuela, pase por un montón de momentos diferentes, me desesperé muchos días y aprendí a calmarme otros tantos. Creo que fue mi mayor desafío en viaje. Administrarme sin saber por cuantos meses más debería vivir o sobrevivir allí fue lo más lindo que me pasó, viéndolo hoy a la distancia. Me enseñó muchísimo.
No se si África fue uno de los continentes más afectados, a decir verdad es el continente que más experiencia tiene si hablamos de pandemias y luchas sociales. Siento que esta vez es al revés, siento que África tendría mucho que enseñar al resto del mundo.
Hoy que estoy en Argentina recién siento lo que se vivió y se sigue viviendo por dicho tema. Estando allá, y sin evadir los problemas económicos que causó, nunca sentí la energía o el miedo que hoy se siente aquí o en otros países. Obviamente que en países de África lidian día a día con un millón de problemas y pandemias además del coronavirus, tal vez por eso la reacción de la sociedad sea distinta.
¿Qué le dirías a otros jóvenes como mensaje de tu experiencia?
Las experiencias son sumamente personales, nunca le diría al mundo que viaje solo porque a mi me hace feliz.
A mi me llena el alma ponerme la mochila y sentir la ruta, la gente que la vida en viaje me regala, las experiencias que voy ganando y la incertidumbre del día a día.
Pero cada uno sabe y siente lo que desea. Y darle una chance a ese deseo es maravilloso. Asique simplemente les diría que sigan su corazón, que sigan sus sueños. Que se animen y experimenten porque siempre hay posibilidades de volver a donde estamos hoy.
Que cada día de su vida cuente. Todos postergamos muchas cosas sabiendo que el tiempo sigue pasando. Nos cuesta mucho hacer el click y volver a empezar o cambiar de rumbo simplemente porque estamos cómodos, pero en el fondo somos conscientes de que esa comodidad no es lo que nos lleva a ese gran sueño. Mi deseo es que sigamos alimentando esa ilusión de soñar y crear sin límites.
“Ojalá que este año que pasó haya servido para bajar un poquito la velocidad que esta sociedad nos impone y repensar lo que realmente vale la pena en esta vida. Y recordar al fin del día que somos libres de elegir nuestro destino”.
Fuente : Dario KU