El gobierno nacional avanza con la transformación en autopista del Paso Urbano por Bahía Blanca, el proyecto que abarca 11 kilómetros en las rutas nacionales 3 y 33 en el suroeste de la ciudad. La construcción de la nueva autopista presenta en la actualidad un avance global superior al 29 por ciento e incluye la construcción de once puentes, nueve pasarelas peatonales y una nueva rotonda, así como la instalación de 1.500 luminarias y 12.000 árboles y arbustos que mejorarán la inserción de la nueva infraestructura vial con el medioambiente.
Luego del receso por las fiestas, la obra continúa avanzando con la instalación de vigas, dinteles y columnas de hormigón que sostendrán los distintos intercambiadores de la nueva autopista.
Del mismo modo, continúa la conformación de muros de tierra armada, al tiempo que se desarrolla la reubicación de las cañerías de gas y electricidad sobre la RN 33 conocida como Camino Sesquicentenario, con sus respectivos desvíos conformados en el sector a fin de minimizar el impacto en el tránsito.
“Seguimos trabajando para hacer realidad una de las obras más importantes de la región. Esto demuestra una vez más la fuerte convicción del presidente Alberto Fernández de apuntalar a la obra pública como dinamizadora de la economía, a la incansable voluntad del ministro Gabriel Katopodis, de articular los recursos para que las obras se hayan puesto en marcha, y se dinamicen generando más puestos de trabajo y acelerando la concreción de las mismas.
Esto se ve en la cantidad de empresas locales de Bahía Blanca y la región que están trabajando gracias a la gran gestión de Gustavo Arrieta junto al equipo de vialidad Nacional.
El avance es cada vez más visible, sobre todo en el trabajo con las interferencias y la construcción de los 11 puentes que avanzan a toda marcha” manifestó Gustavo Trankels, jefe del 19 Distrito Bahía Blanca de Vialidad Nacional.
El Paso Urbano de Bahía Blanca mejorará las condiciones de circulación de más de 20.000 personas que utilizan la red de accesos bahiense y reducirá los costos logísticos de una región que alberga el puerto de aguas profundas más importante del país.