Las modificaciones y transformaciones -poco exclusivas e innovadoras- que vienen desarrollándose en la ciudad, a instancias de la Secretaría de Espacios Públicos, han generado resquemores. Desde el partido vecinal INTEGRACIÓN CIUDADANA repudiamos la maniobra de ninguneo hacia los permisionarios de los food trucks, y exigimos el respeto de sus derechos comerciales y laborales, de modo tal que la arbitrariedad deje de ser el principio rector del gobierno municipal.
En relación a los cambios en el Parque de Mayo, en el año 2019 se produjo la expulsión de los permisionarios de las cantinas tradicionales, mediante la falta de renovación de los permisos de explotación. Estas cantinas habían sido otorgadas en el año 1990 a instituciones de bien público como Ayuda Le, Hogar del Anciano Adelino Gutiérrez, Comisión Municipal del Discapacitado, Patronato de la Infancia y la Asociación Cooperadora del Hospital Municipal, para contribuir a su financiamiento. Para compensar la expulsión, ahora se les otorga un canon mensual proveniente de cada cantina, hoy bajo nuevos permisionarios.
En la actualidad el gobierno municipal prepara una nueva envestida expulsiva: los carritos ambulantes gastronómicos o food trucks. El fundamento de tamaña decisión no parece ser difícil de explicar si se tiene en cuenta que este gobierno local prioriza lo estético por sobre la historia, y lo “cool” por sobre el bienestar de los vecinos.
Efectivamente en el caso del carrito ambulante “El Cuchi” (y otros similares), un espacio gastronómico emplazado en Avda. Alem en la entrada del parque, solo se le emitirá la renovación del permiso de habilitación comercial anual si se retira y se instala en otra parte. Casi veinte años de trabajo en el lugar -con renovaciones anuales- y las familias que dependen del mismo, no son considerados por el gobierno a la hora de conformar y cumplir con las supuestas exigencias de los nuevos explotadores de las cantinas.
