Tal como anunciaron el lunes pasado el gobernador Axel Kicillof y el ministro de Hacienda y Finanzas, Pablo López, la provincia de Buenos Aires alcanzó la reestructuración del 98% de su deuda bajo legislación extranjera. Fue tras 20 meses de una ardua negociación con acreedores privados, en la que se obtuvo un acuerdo sostenible en base a la extensión de los plazos y la reducción de los costos.
Entre 2016 y 2019, se llevó a cabo un ciclo de endeudamiento sin precedentes que imposibilitaba el desarrollo de la Provincia: la deuda pública en dólares creció un 68%, pasando de 5.420 millones a 9.134 millones, sujeta además a vencimientos de corto plazo que establecían que el 94% debía afrontarse durante los próximos cuatro años.
El impacto de estas políticas quedó expuesto en el presupuesto del año 2019, en el que los pagos de intereses aumentaron un 122% respecto a 2015, a expensas de ajustes en áreas sensibles tales como la reducción del 9% en salud, el 25% en seguridad y el 19% en educación.
Como consecuencia de la composición del endeudamiento contraído por la gestión anterior, las obligaciones para el periodo 2020-2023 ascendían en promedio a 1.400 millones de dólares por año, equivalente a toda la inversión en obra pública de este año y al total de la inversión presupuestada en materia de salud para hacer frente a la pandemia.
Con la renegociación, se obtuvo un alivio financiero de más de 4.600 millones de dólares hasta 2027 y se triplicaron los plazos de repago. De esta forma, la provincia de Buenos Aires dejó atrás una deuda impagable y llegó a un acuerdo sostenible que permitirá destinar más recursos para cuidar la salud, la educación y el trabajo de los y las bonaerenses.