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Mercosur
El Secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge Neme, dijo que el Mercosur cumplió una etapa y debe discutir cuál va a ser la agenda del futuro. En este sentido señaló que “Argentina tiene armada una propuesta de reducción del Arancel Externo Común en un conjunto de bienes y productos que apuntan a consolidar la competitividad a través de bajar aranceles en insumos y no en bienes finales”.
En una entrevista con Radio LT3 de Rosario, Neme explicó que la propuesta elaborada por la Cancillería para reducir el Arancel Externo Común (AEC) en una serie de insumos va a contribuir a mejorar la cadena productiva, y que, por otro lado: “Tenemos que continuar defendiendo una series de sectores sensibles que tenemos en la economía, defender el empleo, los procesos de agregación de valor, incorporación de tecnologías, y eso lo podemos hacer si entendemos que el mundo no está abierto”, ya que “en el marco de la pandemia el mundo tiene más restricciones que antes”.
En este sentido el Secretario señaló que durante la Presidencia Pro Tempore del Mercosur la Argentina va a trabajar para mejorar el Arancel Externo Común en línea con los cuatro pilares que mencionó el presidente Alberto Fernández en la Cumbre por los 30 años, a saber: “preservar el equilibrio entre los sectores agroindustriales e industrial, corregir las actuales inconsistencias para lograr un mayor estímulo a la agregación de valor, tomando en cuenta la negociación del Mercosur con terceros, y finalmente darnos un tiempo de implementación necesarios para no erosionar nuestras estructuras productivas”.
Asimismo, el funcionario de la Cancillería se refirió al planteo que realizó el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, en la Cumbre por los 30 años del Mercosur, y marcó que de la misma manera que el presidente Alberto Fernández y el canciller Felipe Solá tienen una propuesta concreta para reducir el Arancel Externo Común, también hay una posición clara respecto a las negociaciones externas; en este sentido pidió ser “cuidadosos en la forma que planteamos los términos”.
“La flexibilización que se planteó no tiene el contenido ni la fórmula. El otro día dije claramente que la administración pública es estricta: si uno plantea flexibilizar tiene que decir cómo quiere flexibilizar, no se puede plantear que la flexibilización en sí misma contribuye a la competitividad de la región. Tampoco abrirse constituye un factor de competitividad”, indicó Neme.
Por último, agregó que “el Gobierno anterior hablaba de abrirse al mundo. No se trata de esto. Se trata de estar conectado. La conexión con el mundo supone un ida y vuelta, hay una vía que va y otra que vuelve. La relación tiene que ser recíproca. Abrirse pasivamente supone destruir una parte de nuestro aparato productivo. Es una experiencia que la tuvimos con Martínez de Hoz y con Cavallo, las dos experiencias fueron negativas para nuestro proceso de industrialización”.
Arancel Externo Común
En términos específicamente técnicos, y teniendo en cuenta las diversas formas de integración que existen en la actualidad en todo el mundo, ya sea en términos reales o doctrinarios (áreas de preferencia económica, zonas de libre comercio, uniones tarifarias, uniones aduaneras, uniones monetarias, uniones económicas), el mercado común supone una unión aduanera que posibilita un ámbito económico en el cual circulan libremente mercaderías, servicios, personas y capitales; sin barreras aduaneras u otro tipo de restricciones a dicha circulación, y con un Arancel Externo Común aplicable a las mercaderías que ingresen desde el exterior a ese mercado común por cualquiera de las aduanas de los Estados Partes (tal como se los denomina en el MERCOSUR) que intenta evitar que se produzcan distorsiones o desvíos de tráfico como consecuencia de un trato arancelario desigual.
El mercado común implica también la eliminación de los derechos aduaneros y las restricciones no arancelarias o cualquier otra medida equivalente, así como también la adopción de una política comercial común, la coordinación de posiciones en foros regionales e internacionales y la programación de las políticas macroeconómicas y sectoriales.
En la actualidad y teniendo en cuenta estos criterios conceptuales, el MERCOSUR es una unión aduanera imperfecta o incompleta, o bien una zona de libre comercio con restricciones a la negociación con países ajenos a sus miembros, lo que no significan una crítica negativa o pesimista, ya que es inevitable que un proceso de integración tan ambicioso tenga sus marchas y contramarchas; por el contrario, la evolución del MERCOSUR en sus más de veinte años deja en claro el firme propósito de avanzar.
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