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Décimo aniversario del deceso de Carlos Loiseau, más conocido como Caloi. Un referente de las historietas que dejó su impronta en distintas generaciones con los personajes de su autoría que se consolidaron en el pueblo argentino.
Loiseau nació en v, aunque se crio en Adrogué desde los seis años. Su seudónimo está basado en su nombre completo (“Caloi”).
Por su parte, sus caricaturas aparecieron por primera vez en el popular semanario de actualidad Tía Vicenta en 1966. Posteriormente, su primera tira cómica apareció en María Belén en 1967. Juan Carlos Colombres publicó ambos semanarios satíricos.
El primer matrimonio de Loiseau, a los 19 años, terminó después de dos años. Su primer libro, El libro largo de Caloi, se publicó en 1968, y su primer corto animado, Las Invasiones Inglesas, en 1970. Entre 1968 y 1971, Caloi fue el principal dibujante político del semanario Análisis. Posteriormente, fue colaborador habitual de las revistas satíricas Satyricón (1972-74) y Mengano (1974-76), del semanario deportivo El Gráfico (1976-82) y de otras muchas publicaciones periódicas.
Sin embargo, su asociación más duradera sería con el principal diario de noticias del país, Clarín. Su trabajo apareció por primera vez en el diario en 1968 como parte de su serie Caloidoscopio. Incluso, en 1973, presentó a los lectores lo que se convirtió en su firma: “Clemente”.
Pájaro adoptivo y no volador de un conductor de tranvía de Buenos Aires, Clemente se hizo conocido por su afición al fútbol, a la ironía, a las aceitunas y a las mujeres (en particular, a “la mulatóna“, un voluptuoso pero anodino personaje afrocubano de su misma especie).
Caloi en Clarín
La más memorable fue una historia en torno a la Copa Mundial de la FIFA de 1978 (organizada por Argentina) que dio lugar a una publicitada disputa con un importante locutor deportivo de la época, José María Muñoz, e indirectamente con la propia dictadura.
Una costumbre argentina es lanzar grandes cantidades de papel al comienzo de los partidos de fútbol. A su vez, Muñoz y los funcionarios del gobierno trataron de desalentar esta costumbre durante el evento. No obstante, Caloi la apoyó visiblemente a través de Clemente.
La preferencia de los aficionados -y la de Caloi- se impuso cuando, con el apoyo de los responsables de la FIFA, los operadores de los marcadores programaron un Clemente digital que exhortaba a los aficionados a “¡tirar confeti, muchachos!” (¡Tiren papelitos, muchachos!).
Las autoridades respondieron dando instrucciones a los agentes de policía apostados en las entradas de los estadios para que secuestraran el papel de periódico de los espectadores o cualquier otro artículo de papel que pudiera convertirse en confeti; el ingenio de los hinchas acabó convirtiendo los restantes partidos del Mundial en los que jugó la selección argentina en unos de los más llenos de confeti de la historia del fútbol local.
Carlos Loiseau y la censura
Caloi se vería enfrentado a figuras de la misma dictadura incluso después del regreso de la democracia. En 1983, una orden judicial prohibió un episodio de su popular programa infantil de Canal 13, Clemente. El episodio presentaba una historia en la que la mulatóna era secuestrada por un vampiro con orejas de murciélago que se parecía al exministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz (quien lo demandó por difamación); el rescate del vampiro -40.000 millones de dólares, “más los intereses”- se refería a la deuda externa acumulada durante el mandato del ministro de Economía conservador.
A partir de un especial de animación emitido durante la Copa Mundial de la FIFA de 1982, el programa presentó a los seguidores de Clemente otros personajes, especialmente el “hincha camerunés” y su cancioncilla característica: Burum-boom-boom. Escrito por Alejandro Dolina y Jorge Palacio (“Faruk”), el programa fue un éxito y se mantuvo en antena hasta 1989.
Caloi se volvió a casar y tuvo cinco hijos con María Verónica Ramírez. También mantuvieron una buena relación laboral, y juntos produjeron su siguiente serie de televisión de larga duración, Caloi en su tinta, que ella dirigió.
El programa tenía un enfoque más cultural y presentaba cortos de animación de todo el mundo, así como su propio trabajo y el de otros ilustradores argentinos. Emitido en la cadena estatal ATC a partir de 1990, el programa recibió poco apoyo de la cadena a pesar de haber ganado un premio Martín Fierro en 1993 y fue finalmente retirado por los propios Loiseau en 1999.
Reapareció brevemente en la televisión por cable en 2002, volvió a la televisión pública en 2005 y obtuvo varios premios.
Otros trabajos de Caloi
Sus otros créditos incluyen guiones para teatro y publicidad; como coguionista de la serie de televisión La barra de Dolina (1988); como jurado de numerosos premios de cine y animación, y el emblema del león del Club Atlético River Plate.
Caloi tuvo 40 libros publicados entre 1968 y 2008, de los cuales 17 fueron compilaciones de Clemente.
Obtuvo el Premio Konex por su labor como humorista gráfico en 1982 y 1992, así como el Premio Yomiuri (Tokio, 1984), y en el Festival Internacional del Humor de Bordighera (1994) entre otros. Fue nombrado Ciudadano Ilustre de Buenos Aires en 2009.
El destacado ilustrador continuó trabajando a pesar del deterioro de su salud en los últimos años, y el 3 de mayo de 2012 se estrenó su único largometraje de animación, Ánima Buenos Aires. Caloi murió cinco días después en una clínica de Buenos Aires; tenía 63 años.