Contents
El derecho a heredar, el voto femenino, la patria potestad sobre los hijos, el divorcio, la paridad de género, la justicia social. Las letras se suman y avanza también el sentido de justicia ésta vez sobre el piecito del senado. Hablamos del sentido de “hacer piecito” a quienes no están paradas en el mismo lugar. Porque no se trata de vos que siempre quisiste ser madre, no se trata de vos que pudiste pagarte un aborto cuando lo necesitaste, no se trata de vos que no sabés si querés ser madre pero “si llega llega”.
No se trata de vos. No se trata de mí. No es un asunto individual. Es justicia social. Si tenés tiempo lo podemos volver a explicar porque lo venimos viviendo y pensando hace años…
Como dijo la senadora de Corrientes Ana Claudia Almirón, “el aborto legal es justicia social porque equipara en el acceso a la salud de ricas y pobres, es justicia social porque protege la vida de niñas, adolescentes y personas gestantes, pero por sobre todas las cosas, es justicia social porque equipara con empatía esa desigualdad e origen en un estado presente preservando la salud de todas”.
Es justicia social porque se trata de acceso. Acceso al poder decidir sobre nuestros propios cuerpos, acceso a la salud, acceso a un aborto que no implique la propia muerte. Es justicia social porque las interrupciones de embarazos no deseados se hacen igual. Y quienes pueden pagarlo no mueren pero quienes no pueden pagarlo lo hacen igual aún poniendo su vida en peligro porque tal es el estado de desesperación de quien es obligada a ser madre sin deseo o sin posibilidades de sostener la vida de un hijo o hija. Porque muchas mujeres viven en estado de violencia profunda, o pobreza, o ambas.
Es justicia social porque el plan de los 1000 días que acompaña el proyecto contempla aquellas mujeres cuyo plan de vida sí incluye ser madre pero están en una situación de vulnerabilidad y requieren el apoyo de la sociedad, del estado.
Es justicia social porque nosotras también hablamos de educación. Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir. Es simple.
Es justicia social porque no se trata de un debate filosófico. El aborto, los abortos suceden, sucedieron, y seguirán sucediendo.
Porque ser madre pasa en el cuerpo de las personas gestantes y nadie más debe tener potestad ahí.
Es justicia social porque no es obligatorio practicarse un aborto. Es justicia social porque van a dejar de morir las mujeres por ser pobres y no poder pagar un aborto seguro en una clínica privada.
Es justicia social porque los hombres eligen, tienen potestad sobre sus cuerpos y sus vidas; nosotras reclamamos el mismo derecho. Ahora, para esos hombres que están en contra de la interrupción del embarazo debieran mejor, en todo caso, militar la vasectomía porque señores, es reversible, es gratuita, y no duele. Es sobre su cuerpo y sobre éste nadie dicta nada en su contra.
Algunos planteos en contra de la ley confunden un embrión con un bebé, son dos cosas distintas. Educación sexual para decidir, insistimos. Y para quienes hablan de “vida en potencia”, dejen la hipocresía por favor, no los vemos defendiendo las semillas sin agroquímicos ni el agua que es un recurso que se va por la canaleta de las empresas. Así que dejemos de confundir.
Es justicia social. Es salud pública. Es el derecho a decidir. Y ahora ya es ley. Que las letras, que el movimiento siga avanzando para que vivamos en sociedades cada vez más justas. Porque la vida vale, y el deseo fecunda libertad.