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Es muy habitual, la práctica agrícola de recurrir siempre a fertilizantes minerales y descuidar los aportes orgánicos. Con el tiempo, los suelos pierden humus, se mineralizan en exceso y con ello baja notablemente la productibilidad e incluso la sanidad de los cultivos. La utilización de compost orgánicos es una herramienta para obtener buenas cosechas y cultivos sanos en el huerto urbano de campo o de jardín, uno de los factores importantes a tener en cuenta es su nivel correcto de materia orgánica en el suelo.
Reponer o incrementar la materia orgánica en el suelo puede realizarse mediante diferentes métodos. Uno de ellos es incorporar estiércoles, con mayor o menor grado de fermentación. Según su procedencia sus características en cuanto a riqueza de materia orgánica y nutrientes serán muy diferentes. Los llamados estiércoles pueden proceder de vacas, ovejas, caballos, gallinas, conejos, etc. Además, pueden contener más o menos niveles de orín, por lo que su aportación debe ser controlada.
Esta materia orgánica conviene que haya tenido una fermentación previa para evitar que esta se realice sobre el propio cultivo.
Otra forma es mediante aportaciones de mantillo o compost. Este puede ser realizado por uno mismo poniendo a compostar restos de comida orgánica, así como restos de podas, malas hierbas, siegas, etc.
Este mantillo puede ser de origen animal y vegetal he incluso mixto, altamente humificado, al cual se le ha podido enriquecer además con abono orgánico. Por lo general, suele estar elaborado con materiales vegetales del tipo podas de árboles, cortezas de pino y de chopo, siega de césped… y otros de origen animal como el estiércol de oveja. Eso sí, todos ellos deben estar perfectamente compostados.
¿Qué es el compostaje?
Es un proceso biológico llevado a cabo por micro-organismos de tipo aeróbico (presencia de oxígeno), bajo ondiciones de humedad, temperatura y aireación controladas, que permiten la transformación de residuos orgánicos degradables n un producto estable.
El compost o abono orgánico es el producto que se obtiene al finalizar el proceso de compostaje. Está constituido por materia orgánica estabilizada, con presencia de partículas más finas y oscuras. Es un producto innocuo y libre de sustancias fitotóxicas (que puedan causar daño a las plantas).
¿Cuáles son los beneficios de compostar?
- Se obtiene una enmienda útil para las plantas de los jardines, huertas y balcones, ya que mejora la vida del suelo.
- Disminuye la necesidad de comprar fertilizantes químicos y abonos.
- Se fomenta una conciencia del reciclaje y aprovechamiento de los residuos que producimos.
- Es compatible con las actividades del hogar actual.
- Permite reducir la frecuencia de recolección de residuos, ya que los materiales secos se pueden acopiar por más tiempo en el hogar.
- Se minimizan las inversiones en personal y camiones recolectores de residuos y plantas de tratamiento a gran escala para la producción de compost.
- Se reduce la generación de lixiviados en el sitio de disposición final de residuos, y en consecuencia la posibilidad de proliferación de agentes patógenos, ratas y animales.
- Se reducen las emisiones de gases con efecto invernadero (GEI), en especial de metano, en los sitios de disposición final.
- Se ahorra energía para recolectar, tratar y disponer los residuos.
- Se usa menos suelo para la disposición final de residuos.
¿Qué es una Compostera?
Una compostadora o compostera es un recipiente en el que se coloca materia orgánica para obtener un abono ecológico o compost con el que se pueden abonar las plantas. Esto es especialmente útil cuando contamos con un huerto propio, ya que ayuda a nutrir la plantación haciendo que las frutas y verduras crezcan más sanas y con más fuerza.
Para que el compost se pueda formar de una forma estable y continua necesitamos ir depositando la materia orgánica formando capas. Una capa debe estar compuesta por materia seca entre la que tenemos ramas, cáscara de frutos secos, virutas de madera, hojas de árboles, serrín, etc. Estas capas secas las tenemos que ir alternando con otras capas de materia húmeda como lo son cáscaras de huevo, manzana, peladuras de plátano, verás, hojas de lechuga, posos de café, restos de infusiones, algo de tierra, etc.
Es de vital importancia que en las capas que es tengan humedad coloquemos algunas lombrices. Estas lombrices ayudan enormemente en la descomposición de la materia orgánica y en la mejora de la aireación. Además, podemos obtener un compost de mejor calidad. En la primera capa podemos poner varias ramas grandes, otros dos de madera para que pueda facilitar la aireación. Si añadimos algunas lombrices o algo de tierra podemos generar un compost de mayor calidad. Esto es debido a que se aportarán miles de hongos y bacterias que ayudan en la descomposición de la materia orgánica.
Lo que debemos tener en cuenta que no debemos echar son restos de colillas de cigarro, restos de cítrico, huesos, cenizas de carbón, carne, restos de poda que contengan fertilizantes químicos, excrementos de animales y plásticos. Todos estos residuos pueden imposibilitar la formación de un compost de calidad y retrasar la acción de las bacterias degradantes de materia orgánica.
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