“El equipo del pueblo”, de Raúl Papalardo

Bahía Blanca revivió el sábado pasado su historia de parquet y canasta en una noche cargada de emoción y nostalgia, en donde el gimnasio William Harding Green se convirtió en una máquina del tiempo que transportó al público a la época dorada del básquet bahiense. El motor de este viaje fue el documentalista local Raúl Papalardo, quien tras cinco años de meticulosa investigación, presentó su obra “el equipo del pueblo”, un tributo audiovisual al legendario club Pacífico de Bahía Blanca.

Papalardo, cual arqueólogo de la memoria deportiva, desenterró los tesoros de una era en la que Pacífico se codeaba con los gigantes de la Liga Nacional. Su lente captó no solo los momentos de gloria en la cancha, sino también el latido del corazón de un barrio que se transformó en el pulso de una ciudad entera.

El documental “el equipo del pueblo”, de Raúl Papalardo, como un álbum fotográfico en movimiento, repasa la trayectoria de Pacífico desde su ascenso en 1984, con Marcelo Richotti como protagonista indiscutible de esta epopeya deportiva. Las voces de jugadores, entrenadores, dirigentes e hinchas se entrelazan para tejer un relato que trasciende el deporte y se convierte en crónica social.

El equipo del pueblo que trascendió fronteras

La obra de Papalardo no solo rinde homenaje a los héroes locales como Richotti, De Battista y Belleggia, sino que también rescata las historias de aquellos extranjeros que dejaron su huella en el parquet bahiense. Randy Burkert, Manuel Forrest y Eugene Richardson reaparecen como espíritus entrañables del pasado, recordando cómo Pacífico fue un capítulo crucial en sus carreras.

En 1984, en las canchas de Pergamino, el equipo del pueblo escribió su boleto a la gloria. A pesar de un tropiezo inicial, se levantó para asegurar su lugar en la elite. Ya en la Liga Nacional, el equipo rozó la inmortalidad, quedando a un paso de la final en su temporada debut. Durante cinco años, Pacífico fue el David bahiense enfrentando a los Goliats del básquet nacional, acumulando 69 victorias que resonaron como rugidos de orgullo en cada rincón de la ciudad.

El punto culminante de esta epopeya deportiva llegó en 1987 y 1988, cuando Pacífico alcanzó el cuarto lugar, plantándose como un titán entre gigantes. Si no llegó más alto, fue porque se topó con los colosos de su época: Ferro y Atenas, equipos que hoy son leyendas, pero que en su momento tuvieron que sudar hasta el último instante para derrotar al aguerrido equipo bahiense.

La obra también rescata las voces de entrenadores que dejaron su huella en el equipo. Durante su participación liguera, fue dirigido por cuatro entrenadores. En 1985 comenzó Carlos Ferello y lo sucedió Roque De Pascuale, exjugador, preparador físico y luego DT. Incluso, Carlos “Tite” Boismené (posteriormente entrenador de la Selección Argentina de Básquet) estuvo un año y medio (1986/87), y Alejandro Álvarez en los dos últimos.

Del básquet a la comunidad

Igualmente, uno de los aspectos más sorprendentes que revela el documental es la participación del actual intendente de Bahía Blanca, Federico Susbielles, en aquella época dorada de Pacífico.

El expresidente de la de la Confederación Argentina de Básquetbol, quien llegó al club proveniente de El Nacional, demostró que la pasión que caracterizaba al “equipo del pueblo” puede proyectarte como máxima autoridad de la ciudad, es un testimonio viviente de cómo el deporte puede forjar el carácter y el liderazgo que luego se trasladan a otros ámbitos de la vida comunitaria.

La historia de Susbielles dentro del documental no solo añade una capa de interés político al relato deportivo, sino que también sirve como puente entre el pasado glorioso de Pacífico y el presente de Bahía Blanca. Su trayectoria, desde joven promesa del básquet hasta líder político, encarna el espíritu de superación y compromiso que Pacífico inculcó en sus filas.

Una fiesta para toda la ciudad

La proyección del documental se transformó en una ceremonia de reconocimiento. Camisetas sorteadas, distinciones entregadas y la emocionante develación de los jerseys de Richotti, Belleggia y De Battista en las paredes del gimnasio, sellaron una noche donde el pasado y el presente se fundieron en un abrazo. Una verdadera fiesta para el equipo del pueblo.

Raúl Papalardo, con “el equipo del pueblo”, no solo ha creado un documental; ha construido un monumento a la memoria colectiva de Bahía Blanca. Su trabajo es un recordatorio de que en esta ciudad, el básquet no es solo un juego, sino una forma de vida que corre por las venas de sus habitantes con la misma intensidad que la sangre verde de Pacífico.

Este documental del equipo del pueblo se erige como un faro que ilumina el rico pasado basquetbolístico de la ciudad, recordándonos que en Bahía Blanca, cada rebote, cada pase y cada enceste, son parte de una historia más grande que continúa escribiéndose con el paso del tiempo.