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El 11 de febrero de 1923 nació un filósofo y teólogo que cambiaría el curso de la historia. Antony Garrard Newton Flew nació en Londres y se convirtió en uno de los filósofos más influyentes del siglo XX.
Flew fue conocido por su trabajo en filosofía de la religión y sus innovadoras opiniones sobre el ateísmo. Comenzó su carrera como firme defensor del teísmo, pero con el paso de los años cambió de opinión y se convirtió en uno de los principales defensores del ateísmo. En sus últimos años, Flew se convirtió en un firme defensor de la filosofía del deísmo, que sostiene que Dios creó el universo, pero no interviene en su funcionamiento.
Una de las obras más famosas de Flew fue su libro “Teología y falsación”, publicado en 1950. En esta obra, Flew sostenía que las creencias religiosas no pueden demostrarse ni refutarse, y que la idea de Dios sólo puede considerarse una cuestión de fe. Este libro tuvo una gran repercusión en la filosofía de la religión y contribuyó a remodelar el debate sobre la existencia de Dios.
Flew fue renombrado por sus aportaciones en la metafísica
Además de su trabajo en filosofía de la religión, Flew también fue conocido por sus contribuciones en los campos de la metafísica y la epistemología.
Fue un firme defensor de la idea de que el conocimiento se basa en la evidencia y que las creencias deben apoyarse en pruebas para considerarse justificadas. Este punto de vista chocaba con las creencias religiosas tradicionales, que suelen sostener que la fe es más importante que las pruebas.
Además de su trabajo en filosofía de la religión, Flew también fue conocido por sus contribuciones en los campos de la metafísica y la epistemología. Fue un firme defensor de la idea de que el conocimiento se basa en la evidencia y que las creencias deben apoyarse en pruebas para considerarse justificadas. Este punto de vista chocaba con las creencias religiosas tradicionales, que suelen sostener que la fe es más relevante que las pruebas
A pesar de sus controvertidas opiniones, Flew era muy respetado por sus colegas y se le consideraba uno de los filósofos más valiosos de su época.
Escribió numerosos libros y artículos a lo largo de su carrera, y su obra sigue siendo ampliamente estudiada y debatida en la actualidad.
Gary Habermas, su amigo
Antony Flew y Gary Habermas se conocieron en febrero de 1985 en Dallas (Texas). La ocasión fue una serie de debates entre ateos y teístas, en los que participaron muchos filósofos, científicos y otros académicos influyentes.
Poco después, en mayo de 1985, ellos debatieron en la Liberty University ante un numeroso público. El tema de aquella noche fue la resurrección de Jesús.
Aunque Flew era, posiblemente, el ateo filosófico más importante del mundo, curiosamente también se había ganado la distinción de ser uno de los principales comentaristas filosóficos sobre el apartado de los milagros.
Habermas se especializó en la cuestión de la resurrección de Jesús. Así pues, el diálogo que siguió sobre las pruebas históricas de la principal afirmación cristiana fue una consecuencia natural de sus investigaciones.
Retó las ideologías tradicionales
El filósofo racionalista falleció el 8 de abril a los 87 años, pasó gran parte de su vida negando la existencia de Dios hasta que, en 2004, cambió radicalmente de opinión.
En conclusión, Antony Garrard Newton Flew fue un filósofo y teólogo que dejó un impacto duradero en los campos de la filosofía y la teología. Desafió las creencias ancestrales y allanó el camino a nuevas formas de pensar sobre la existencia de Dios y el papel de la religión en la sociedad. En este día celebramos su vida y las contribuciones que hizo al mundo de la filosofía y la teología.