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Históricamente, el pantalón era una prenda masculina. Es más actual que la falda, pero su aparición supuso una revolución en la vestimenta. En ADN Moda te explicamos la historia de los pantalones, su origen, quién los inventó y cómo ha sido su evolución con el paso del tiempo.
Hoy, en compañía de Philiosingracia hablaremos del pantalón, es una prenda de vestir que se ha convertido en un elemento fundamental en el guardarropa de hombres y mujeres en todo el entorno. Pero, ¿alguna vez te has preguntado cuándo se creó el pantalón y cuál fue su origen? En este artículo, exploraremos la historia del pantalón, desde sus primeras apariciones hasta su evolución a lo largo de los siglos.
Origen de los pantalones.
La palabra pantalón procede de un término francés, tomado a su vez de un personaje cómico de la comedia italiana que vestía pantalón largo a la veneciana. Bautizado con un nombre muy común entre el populacho veneciano: Pantaleone, santo de la devoción del pueblo de Venecia en el siglo XVI.
De este personaje también surgió el apelativo de un cómico, malgré lui, de la comedia francesa, que se caracterizaba por su conducta apicarada y lengua de hacha. Así como por el atuendo y aspecto: alto, flaco, desgarbado y a menudo con barba, tipejo ridículo y de estrafalaria presencia que se las daba de don Juan y terminaba provocando hilaridad y mofa.
Para el papel de Pantalón se buscaba siempre un actor viejo que provisto de anteojos y mal calzado hacía reír al auditorio. Así lo presentaba la commedia dell’arte, cuyos cómicos lo paseaban por Europa. La pieza más llamativa de su indumentaria era unos pantalones tensados entre tobillos y rodilla, y algo más sueltos a partir de la pantorrilla, aunque también podían llevarlos abombados y atados con un cinturón.
Se hizo famoso en ferias y teatros y empezó a ser imitado por autores no italianos. William Shakespeare introduce un personaje llamado Pantaloon en Como gustéis. También el teatro francés del siglo XVII, se hace eco de esta criatura escénica, cuya fama llegó a ser tal que la curiosa prenda que lo distinguía se generalizó en el XVIII, independientemente de su historia teatral en Europa y América.
El calzón largo, ceñido o con pie, suelto y ancho, empezó a hacer furor desterrando en lo que al atuendo masculino se refiere las prendas anteriores. A finales del XVIII, el pensador asturiano Gaspar Melchor de Jovellanos dice de cierto personaje: Con más de ochenta años encima le hacían vestir chaqueta y pantalón.
A mediados del siglo XIX, el pantalón llegaba hasta la punta del pie; el dramaturgo riojano Manuel Bretón de los Herreros dice que cuando se compran zapatos a alguien, los pantalones los tapan. En este mismo siglo, el XIX, empezó a imponerse el pantalón bombacho de perniles acampanados y aberturas a los costados. Se abotonaba profusamente en ojales con rebordes recamados.
Estos pantalones de hombre serían luego inspiración para la feminista norteamericana Amelia Jenks Bloomer. En 1851, escandalizaba a la sociedad neoyorquina usando una prenda parecida. La señorita Bloomer, copio la idea de su amiga Elisabeth Smith Miller, que no se atrevía a irrumpir en lugares públicos vistiendo los pantalones, prenda que hoy triunfo de tal forma que pocas piezas del atuendo son válidas, lleve quien la lleve.
Principios del siglo XX: la época de oro del pantalón de traje.
A comienzos del siglo XX, el uso del traje ya estaba ampliamente extendido entre todas las clases sociales y era la prenda más habitual entre los hombres. En los sectores de clase alta, los pantalones de traje eran delgados y ajustados, mientras que la clase trabajadora vestía con pantalones más anchos y de tiro alto, remarcando la cintura masculina.
Mediados del siglo XX: de trajes a hippies.
Los mediados de siglo fueron tiempos convulsos, y se manifestó en el estilo de los pantalones. Los años 50 y 60 siguieron marcados por la influencia de Hollywood, lo cual se tradujo en la popularización de los pantalones pitillos que llevaban personalidades como Roy Rogers, Lone Ranger, Cisco Kid o Gene Autry. Pero la actuación no era la única influencia en la época, también la música tuvo su relevancia.
El festival de Woodstock fue uno de los más grandes referentes de la música rock y el movimiento hippie, donde artistas como Jimi Hendrix o Janis Joplin se juntaron para poner sus letras al servicio de los oyentes. Y no solo sus líricas, sus extravagantes outfits fueron el modelo a seguir de muchos y en especial unos pantalones: los vaqueros de campana.
Estos pantalones se caracterizan, por una parte, superior, slim, que puede ser de tiro alto o bajo, y una parte baja ancha en forma de campana, lo que les da nombre. Son versátiles que pasaron de usarse en la cultura hippie a ser utilizados por todos, independientemente de sus gustos musicales.
De los 80 a los 90: el triunfo de los jeans.
Los jeans son, sin duda, los pantalones más usados en el día a día desde los años 80 hasta hoy. Los vaqueros se amoldan a cada situación, sin importar la clase social o la situación. Los puedes llevar al trabajo, a una cita o una noche de fiesta.
Pero no era el único material utilizado. Bandas como KISS o Guns N’ Roses popularizaron una escena rock llena de pelo largo, pinchos y cuero. Los pitillos de este material y otros eran una prenda muy recurrente en la moda de calle, no solo en los escenarios. Quienes se inspiraban en estos grupos lucían pantalones ajustados, de tiro alto y tobilleros. Sin embargo, la llegada de los 90 supondría un cambio radical.
En esa década, empezamos a ver más allá en el horizonte de los cortes y vemos cómo conviven los pantalones rectos, baggy e incluso rotos. La música volvió a influir sobremanera en la vestimenta, pero en este caso serían otros cantantes los que marcarían tendencia. El grunge de Kurt Cobain y Nirvana, con su estilo roto y descuidado, inspirarían el conjunto de muchos chicos de la década.
Una tendencia que se mantendría hasta los inicios de siglo, donde vemos las primeras influencias del oversize gracias a raperos como Jay-Z o Snoop Dogg. El conjunto de chándal también cobra relevancia en este momento. Pero los 2010 llegarían para quitarnos esa comodidad. ¿O no del todo?
Los pantalones antes y después de la pandemia.
Desde 2010 hasta 2020, hay un auge de los skinny jeans, es decir, de los vaqueros pitillo. Se combinan, con todo, desde camisetas frikis a camisas de leñador. Este tipo de pantalón realza la figura, pero el coste a pagar es la pérdida de holgura. Pero un nuevo cambio de década nos dejó una nueva moda, propiciada por un suceso histórico: la cuarentena por el coronavirus.
En la mayoría de países, la población fue confinada durante al menos dos meses para paliar la incidencia del COVID, dejando el vaquero de lado y apostando por la comodidad. Y una vez sentimos al confort del oversize, no quisimos volver a pasarlo mal con el pantalón apretado.
Ahora es el momento del oversize, pero seguro que los skinny jeans volverán, o quién sabe si el vaquero terminará perdiendo su relevancia ahora que vive su momento más delicado desde los 80. Estaremos atentos para contarlo en este artículo.