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Por Dave Ward
Creo que la mejor respuesta que podemos dar es una muy sencilla. La filosofía es simplemente la actividad que practican los filósofos. Una cosa importante es que la filosofía no es solo una materia. Es una actividad en la que tenemos que participar. Es algo que tenemos que hacer.
La mejor manera de averiguar de qué trata esta actividad y cómo hacerla bien es trabajar con ímpetu a lo largo del curso, intentando participar, reflexionar y entender todos los distintos temas y problemas y argumentos que vamos a considerar.
Yo creo que la filosofía es la actividad de averiguar la mejor manera de pensar en las cosas. Entonces, ¿qué quiero decir con esto? Antes que nada vamos a aclararlo pensando en cómo se relaciona con algunas otras materias.
Una pregunta que tal vez tengas de inmediato sobre esa definición es, ¿no intentan todas las materias pensar en las cosas de la forma correcta? De la astronomía a la zoología, todas las materias intentan pensar en los temas o ámbitos relacionados de la forma correcta.
Creo que eso es verdad, pero creo que la respuesta del filósofo debe consistir en distinguir entre la actividad de usar un determinado modo de pensar y la actividad de alejarse de ese modo de pensar y encontrar la forma correcta de pensar en las cosas.
Es esa distinción entre pensar de una manera particular y de determinar si esa forma de pensar es la forma correcta la que corresponde a la distinción entre temas académicos específicos y el hacer filosofía sobre esos temas.
Tomemos la física como ejemplo. Si eres un físico, harás cosas como recoger datos, hacer mediciones, construir experimentos e intentar elaborar teorías sobre esas bases. Cuando haces eso, estás llevando a cabo la actividad y la forma de pensar que es característica de la física.
Pero, podemos alejarnos de la actividad de hacer física y de la forma de pensar determinada cuando estamos haciendo física y podemos hacer preguntas como, ¿qué significa que los datos confirmen o refuten una teoría en la física? ¿Qué estamos haciendo? Estamos intentando medir la realidad. Y, ¿qué significa siquiera intentar entender la realidad en términos de sus componentes físicos básicos?
Cuando nos alejamos del proceso práctico de hacer física de esa manera y empezamos a hacer preguntas sobre las formas de pensar y los modos de llevar a cabo las actividades para hacer física, entonces estamos haciendo la transición de hacer física a hacer la filosofía de la física. Estamos retrocediendo e intentando encontrar la manera correcta de pensar en las cosas.
Para nuestro segundo ejemplo quiero pensar en la medicina. En concreto, quiero pensar en la forma en que habrían practicado o pensado en la medicina en la época medieval. En aquellos tiempos, según tengo entendido, intentaron explicar y curar todas las enfermedades con base en lo que llamaron los cuatro humores. Había sangre, bilis negra, flema y bilis amarilla.
Y si algo iba mal contigo, ellos trataban de entender esa enfermedad en términos de algún desequilibrio de esos cuatro humores y de tratarla en consecuencia. Obviamente ya no pensamos en la medicina de ese modo. No pensamos que esa es la forma correcta de pensar en las enfermedades y su tratamiento.
¿Cómo pudo ocurrir ese cambio en nuestra forma de pensar?
Bueno, una forma es simplemente formulando preguntas sobre qué significa realmente para una enfermedad el ser un desequilibrio de bilis negra y bilis amarilla o lo que sea. Podríamos simplemente preguntarnos si realmente entendemos lo que significa hacer esa simple identificación de una enfermedad con los cuatro humores.
O podríamos ver todas las otras cosas del cuerpo que también parecen ser importantes para nuestra salud física y para el tratamiento y cura de la enfermedad y pensar que hay numerosas pruebas de que también son importantes para nuestra salud por lo que hay otras cosas además de la sangre y la bilis y la flema que son importantes para estar saludables.
¿Cómo explica eso nuestra teoría médica?
O tal vez nos demos cuenta de que nuestras formas de tratar enfermedades e intentar curar a las personas de acuerdo con este esquema en realidad no son muy eficaces. Por lo tanto, hay distintas formas en que podríamos revisar nuestro concepto de cuál es la mejor forma de pensar en las enfermedades y en cómo tratarlas.
Observa entonces que nuestra breve plática sobre la física y nuestra breve plática de la medicina medieval sugieren un par de distintas maneras en las que podemos revisar nuestra forma de pensar en las cosas y revisar nuestra concepción de cuál es la mejor manera de pensar en un determinando campo.
Un modo de hacerlo podría ser haciendo esa revisión desde dentro, o sea, haciendo esa revisión a partir de la simple reflexión sobre el tema. Cuando hablaba sobre la filosofía de la física, estaba hablando sobre hacer preguntas como:
¿Qué significa para los datos el confirmar o refutar una teoría?
Y ese es el tipo de preguntas que pueden cambiar el modo en que pensamos en la física, desde el sillón, simplemente pensando en ellas.
En el caso de la medicina, sugerí que un modo que podría llevarnos a revisar nuestro marco médico sería pensar sobre si realmente entendemos o no lo que significa para una enfermedad el ser un desequilibrio de distintos “humores”.
De nuevo, eso sería lo que podríamos llamar un desafío para nuestro modo de pensar desde dentro y para el que no tenemos que salir fuera y ser confrontados por el mundo para que cambiemos el modo en que pensamos en las cosas.
Pero otra manera que podría llevarnos a cambiar el modo en que pensamos en las cosas es desde fuera. Esto es probablemente más claro con el ejemplo de la medicina medieval; podemos suponer que una razón para no adherimos más a ese modo de pensar en las enfermedades y su tratamiento es que nos hemos dado cuenta de que no era muy exitoso, ¿verdad? Tratamos de entender y curar enfermedades reflexionando sobre ellas y actuando en relación a ellas y vemos que mucha gente muere y que no está bien.
Podría decirse que podemos pensar en ejemplos similares en la física. Tal vez el tipo de descubrimientos que se hicieron en mecánica cuántica a inicios del siglo 20 pueda darnos algunos ejemplos.
Una posible manera de pensar en esos descubrimientos es que parecen darnos resultados con solo observar el mundo y hacer experimentos en él y observar lo que ahí encontramos. Estos parecen demostrar que tenemos que cambiar de forma fundamental algunas de nuestras nociones acerca de cómo entendemos el mundo.
Se podría pensar que algunos de los resultados de la mecánica cuántica ejercen presión en intuiciones básicas que tenemos sobre qué es que una cosa pueda causar otra.
Hay resultados en mecánica cuántica que sugieren que una cosa puede afectar instantáneamente a otra que está muy lejos de ella y que parece no tener ninguna relación atributo de dimensión con ella. También parece haber algunos resultados de mecánica cuántica que sugieren que una cosa puede ser como una onda en algunos aspectos pero como una partícula en otros. Aunque de acuerdo con nuestra concepción de sentido común de la realidad una cosa pueda ser o bien una onda o bien una partícula, pero no las dos.
Esa es una muy rápida y cruda representación de algunos aspectos de la mecánica cuántica. Pero es solo a modo de ejemplo para señalar cómo el mundo puede crear razones para que cambiemos nuestro modo de pensar en las cosas tal y como podemos obtener razones solo con pensar en ello desde nuestro sillón.
Es esa característica de la filosofía, la característica de examinar nuestros modos de pensar y de compararlos con el mundo para cambiarlos y revisarlos, la que implica que la filosofía tiene una relación realmente cercana con muchos otros temas.
En nuestros dos ejemplos, hemos visto como ella puede tener una relación cercana con la física y la medicina. Al entrar en la actividad de hacer física y medicina, se nos puede dar un motivo para retroceder y pensar o repensar lo que creemos es la mejor forma de entender el mundo. Y esto también se aplica a un montón de otros temas.
Por ejemplo, el progreso en la inteligencia artificial y en las ciencias computacionales nos han llevado a dar un paso atrás y a intentar pensar en nuevas formas de pensar en lo que realmente significa tener una mente.
Yo sugiero que la filosofía es la actividad de dar un paso atrás y encontrar la forma correcta de pensar en las cosas. Y empecé diciendo que la filosofía en un sentido importante era una actividad y no solo un tema. Hasta ahora he tratado de ilustrarla con un par de ejemplos.